Pocas personas saben que por la vía a Choachí, la cual pasa detrás del cerro de Monserrate, muy cerca del casco urbano de la capital, se encuentra una reserva natural que representa un importante pulmón y una estratégica fábrica de agua para los bogotanos. Se trata de Matarredonda, un destino turístico y ecológico desaprovechado por los habitantes de la ciudad.