Por Javier Correa Correa
La violencia en Latinoamérica se ha incrementado en los últimos años y ha asumido una sofisticación que cuenta con la anuencia de los gobiernos y los medios de comunicación. Esa es una de las conclusiones del conversatorio Conflictos sociales y sentidos acerca de las violencias en América Latina que congregó a expertos de varios países y se realizó virtualmente el lunes 27.
El evento fue organizado por la Corporación Universitaria Minuto de Dios –Uniminuto– y la Universidad Central, de Colombia; Universidad Autónoma de la Ciudad de México y Universidad de la Tierra, de México; Universidad Nacional de La Plata, de Argentina, y Universidad Mayor de San Andrés, de Bolivia.
Contó con la participación de Karina Kloster y Myriam Fraachia, de México; Isabel Villarroel Mur, de Bolivia, y María Antonia Muñoz, de Argentina. En la moderación estuvo María Teresa Suárez, quien además expuso con Sandra Osses y Juan Camilo Ruiz, de la Universidad Central.
Uno de los elementos en los que coincidieron los expositores es que el afianzamiento del neoliberalismo ha agravado los costos sociales y ambientales. Isabel Villarroel señaló que ha habido especialmente cuatro objetivos de los actores armados para realizar asesinatos: luchadores ambientalistas, delincuentes, por la “seguridad”, y contra quienes luchan por los derechos y por demandas sociales específicas (económicas o sociales, como sindicalistas y educadores). Explicó que las comunidades indígenas “han sido el principal grupo de exterminio selectivo”, para lo cual se cuenta con alianzas del Estado.
Por su parte, María Antonia Muñoz dijo que “las personas que antes eran fuerza laboral en el liberalismo económico, ahora han dejado de serlo y se les desconocen todos sus derechos”, por lo que se han convertido en una especie de prescindibles. En torno a los procesos sistemáticos de exterminio, indicó que “los eliminadores se diluyen y no pueden ser identificados”.
Expresó además que hay un tipo de violencia “de segundo nivel”. Después de cinco siglos de la llegada de los europeos a América, “en los países colonizados, si bien la colonia se elimina, siguen existiendo relaciones colonialistas, de jerarquía”.
Sandra Osses –quien adelanta una investigación sobre comunicación-educación– y Juan Camilo Ruiz coincidieron en que el sistema de terror ha banalizado la violencia, lo cual fue complementado por María Teresa Suárez, quien señaló que “se han naturalizado la violencia y la representación mediática del miedo, con lugares comunes que simplifican la realidad configuración de violencias y comunicación, y sin mencionar a los perpretadores”.
Juan Camilo Ruiz dijo que “se oculta la violencia a través de representaciones mediáticas”, con eufemismos y con generalizaciones que diluyen las responsabilidades y deshumanizan a las víctimas, que se convierten en simples estadísticas.
María Teresa Suárez concluyó al afirmar que “se despoja a las personas de su condición humana y se las cosifica”.