Por: Natalia Ricaurte Chaparro
En Bogotá según el I.D.R.D. hay 202 escuelas de fútbol para el año 2019, Carlos Cruz un joven de 22 años, Licenciado en Educación Física y Deportes de la Universidad Libre, es entrenador en una de ellas. Se despierta a las 6:30 de la mañana del domingo, para poder alistarse e ir a su trabajo; se baña y se pone su uniforme mientras su mamá le prepara el desayuno.
Sale a las 7:00 de su casa en el barrio Santa Fe, un lugar en el que ha vivido toda la vida. Él dice querer hacer un cambio, ser un ejemplo para los niños que viven en esa localidad, enseñándoles las otras alternativas que tienen. Lleva dos años trabajando en la escuela Juventud Capitalina y disfruta transmitir el conocimiento compartiendo con los niños que asisten a esta.
En una bicicleta va camino a las canchas del Movistar Arena ubicado en la Dg. 61c #26-36, cerca de estas canchas lo espera la señora Sandra administradora de la escuela de fútbol Juventud Capitalina, junto a dos de los alumnos y la instrumentación necesaria para que él pueda dar la clase.
Las clases dan inicio a las 8:00 de la mañana, por lo que Carlos prepara la cancha para que los alumnos, que van llegando, puedan calentar e iniciar con el entrenamiento, poco a poco niños entre los nueve y los catorce años llegan, algunos en bicicletas y otros acompañados por sus padres, inmediatamente entran a la cancha para empezar con la clase.
Él se enfoca en los niños de nueve a diez años, mientras su compañero se encarga de los más grandes, su jefe Leonardo Castillón describe a Carlos como un hombre muy comprometido y disciplinado con su trabajo, que quiere realizar un cambio en la sociedad empezando por el barrio en el que vive.
Esta percepción también la tienen los padres de familia y los estudiantes, los cuales disfrutan mucho el espacio que comparten, tanto con sus compañeros como con el entrenador debido a que como ellos dicen es bravo en algunos momentos, pero igual se divierten durante el entrenamiento, por lo que se sienten felices de poder compartir ese espacio.
La escuela Juventud Capitalina está afiliada y participa en los torneos que organiza la Liga de Bogotá que cuenta con 40 equipos en este momento.
Carolina, madre de dos de los niños dice que los padres llevan a sus hijos a este tipo de espacios con la intención de forjarles buenos valores y disciplina, piensa que el entrenador es fundamental para la formación de los menores al tiempo que aprenden las técnicas del fútbol.
A las 10:00 de la mañana termina el entrenamiento, Carlos recoge toda la instrumentación, se despide de sus alumnos, su compañero de trabajo y su jefe quien lo felicita por el desempeño que tuvo en la clase y regresa a su barrio en su bicicleta y con la satisfacción de haber dado una clase más a esos niños.
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