En la antigüedad, específicamente en el medioevo y finales del siglo XVII, se condenaba todo acto de brujería con la muerte, pues se consideraba una herejía que atentaba contra Dios. Con el paso del tiempo, esta práctica fue perdiendo esa concepción de pecado, llegando a ser un oficio como cualquier otro. De hecho, en la actualidad muchas personas recurren a la brujería con el fin de conseguir ciertos beneficios, sea para bien personal o para afectar a otros de manera negativa.
A través de la magia, la brujería trabaja dependiendo de las necesidades de la persona, para ello emplea los 4 tipos de magia que existen, los cuales son: magia verde, la cual trabaja desde el hierbalismo para expulsar entidades malignas; magia roja, ideal para abordar temas sexuales de la persona; magia negra, relacionada con los maleficios y el famoso “mal de ojo”; y la magia blanca, empleada como “contra” de la magia negra.
Por otro lado, la brujería también ofrece ciertos rituales para limpiar las cargas energéticas sin necesidad de acudir a un brujo o bruja, es decir, se pueden practicar en casa. Uno de estos rituales es la “limpia del huevo”, la cual se caracteriza por actuar como purificador e indicador de algún mal del que se sea víctima.
Sea por las películas de Hollywood o Disney que se encargaron de crear la imagen de una mujer con vestido negro, nariz puntuda y verrugas en la cara, las brujas y la brujería son un tema real; no obstante, creer o no creer depende de cada uno, pero muy bien decían los abuelos: "las brujas de que existen, existen".
Por: Shadday Triana Ángel, Valerie Skinner Parra, Lina Martínez Castellanos