Por: Valentina Granados Anchique
Al cursar sexto grado en el colegio Agustiniano Norte, Valentina de estatura promedio, ojos cafés profundos, cabello crespo, alborotado y castaño, ansiaba con que fueran las 10:00 de la mañana, y así, por fin salir a las canchas. Jugaba fútbol en los descansos con sus compañeros de clase.
Su afición se había convertido parte de su vida y de su día a día. Antes de salir de vacaciones, días en los que Valentina iba en sudadera al colegio, su profesor de educación física se acercó a ella con la intención de recomendar algunas escuelas de fútbol que habían en Bogotá, esto con el deseo de verla jugar profesionalmente algún día.
Esa noche Valentina terminó un proyecto de matemáticas, se puso su pijama roja, roja como el equipo de sus amores, Santa Fe, que era una de las muchas razones por la cual soñaba con ser una futbolista profesional, se cepilló el cabello, siempre alborotado y crespo, y se fue a dormir, sin saber lo que llegaría al día siguiente.
6:00 de la mañana, el padre de Valentina entró al cuarto y con entusiasmo la despertó, Valentina un poco desorientada por la hora y la actitud de él, solo hizo caso, a las 6:30 bajó, con una sudadera negra y algo deteriorada ya que la utilizaba cuando jugaba fútbol con los muchachos del barrio.
Su padre, en cambio, tenía la camiseta de Santa Fe, ese día era cuartos de final de la Copa Libertadores. Él muy sonriente cogió a Valentina de la mano y le dijó que era hora de llevarla a su sorpresa, a pesar de sentirse confundida Valentina tenía una gran corazonada respecto a lo que acababa de decir su padre.
Para escuchar sobre la historia de Valentina, puede dar click en el siguiente link https://www.youtube.com/watch?v=ZAd-xptANAA
Largos minutos después, al salir de Bogotá, Valentina con el corazón a mil por hora le preguntó a su padre: ¿Vamos a ir a CEIF? su padre la miró y le sonrió respondiendo con un gran ‘sí’, el sueño de Valentina cada vez estaba más cerca, sus manos sudaban, se sentía inquieta. Un campo abierto lleno de canchas de fútbol, todo un sueño hecho realidad.
Valentina sabía que una vez estando allí no había marcha atrás, era el momento que tanto había esperado y tenía que lucirse. Se encontró con la sorpresa de ser la segunda niña en el grupo sumando las miradas de disgusto y sorpresa de algunos compañeros, pero aún así sus ganas desembocaban, tenía hambre de sobresalir.
Así, luego de dos horas de entrenamiento Valentina fue llamada por uno de los entrenadores, él con una mirada un poco seria la felicitó por sus habilidades, al final, agregó su bienvenida al equipo, Valentina se sentía plena, era oficial el comienzo de un sueño, de su sueño.
Los primeros meses fueron duros para ella, tuvo que soportar el menosprecio, las burlas y la degradación, concluyendo esto con una lesión intencional que la dejó por fuera de las canchas tres meses, poniendo en riesgo su carrera futbolística.
Pero, Valentina volvió, y volvió como nunca, arrasó con todos los partidos y torneos tanto así, que fue elegida para jugar en la Liga Bogotá y luego de cuatro meses, gracias a su dedicación y talento con la pecosa su destino era estar en Estados Unidos jugando para el Missouri Valley College, lo que sigue es historia.
Para conocer más articulos, sobre el deporte y sus diversas áreas:
Conozca a: Experiencia inolvidable
Descubra como: eSports: una nueva categoría que se abre paso en los deportes
Le puede interesar: La nueva era digital vs el periodismo deportivo
También puede leer: Hamilton se corona campeón mundial de la Fórmula 1
Puede encontrar la infografía integradora, donde se vinculan todos los artículos en: Deporte, más que una pasión...